La familia Emiliani se establece en Cartagena con la pareja Pasquino Doménico Emiliani Lissi y Laurina Vignuzzi Bonoli. En Cartagena había ya una familia Bonoli, pero no he podido establecer su parentezco.
Tienen cinco hijos nacidos todos en Cartagena, entre los cuales está Nicolás el mayor, nacido en 1852. Con el correr del tiempo se convierte en un muchacho buenmozo, de modales exquisitos. Se casa dos veces en su primer matrimonio tiene dos hijos. Luego ampliaré esta información.
Y conoce a una de las hijas de don Joaquín F. Vélez, Ana María, niña preciosa con una educación muy firme y estricta.
Este matrimonio tienen nueve hijos, seis hombres y tres niñas. Nacidos y criados en la casa localizada en la Calle del Cuartel esquina con la Calle de la Soledad.
El padre Nicolás Emiliani es dueño de una cigarrería La Mascota. La fábrica estaba localizada en la Calle de la Soledad, en los bajos de la casa Emiliani Velez, y la cigarrería localizada en la Calle Román.
Entre todos los hijos hay una señorita muy linda con unos ojos verdes ensoñadores. Que un día caminando por las calles de Cartagena, se encuentra con una gitana que le dice: en el próximo barco llegará el amor de tu vida. Laurina, que así se llamaba la niña, se quedó muy sorprendida y curiosa al mismo tiempo. Pues se puso en la tarea de averiguar cual era el próximo barco que llegaría a Cartagena. Preguntó que quienes de las familias cartageneras viajaban en ese barco y le comentaron que venía un joven soltero llamado Vicentico Martínez Martelo. El joven Vicentico, había terminado de hacer sus estudios en los Estados Unidos y estaba de regreso.
Bueno, pues para no cansarlos con la cuento, se casaron, tuvieron diez hijos divinos. Cumplieron sus Bodas de Oro. Yo solo le puedo decir Tio Vizo, dos veces alcalde de Cartagena, y propulsor del turismo en su querida ciudad y de muchísimas obras más. Con su arrolladora personalidad, atraía a figuras de importancia a nivel nacional e internacional. Los atendía como príncipes, y les mostraba a Cartagena y sus terosoros coloniales.
Las fotos y la anécdota son de la Prince Martinez Emiliani de Barrios, la hija menor, y única hija, entre nueve hermanos.
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| Nicolas Emiliani Vignizzi. |
Y conoce a una de las hijas de don Joaquín F. Vélez, Ana María, niña preciosa con una educación muy firme y estricta.
Este matrimonio tienen nueve hijos, seis hombres y tres niñas. Nacidos y criados en la casa localizada en la Calle del Cuartel esquina con la Calle de la Soledad.
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| Ana Maria Velez de la Vega |
El padre Nicolás Emiliani es dueño de una cigarrería La Mascota. La fábrica estaba localizada en la Calle de la Soledad, en los bajos de la casa Emiliani Velez, y la cigarrería localizada en la Calle Román.
Entre todos los hijos hay una señorita muy linda con unos ojos verdes ensoñadores. Que un día caminando por las calles de Cartagena, se encuentra con una gitana que le dice: en el próximo barco llegará el amor de tu vida. Laurina, que así se llamaba la niña, se quedó muy sorprendida y curiosa al mismo tiempo. Pues se puso en la tarea de averiguar cual era el próximo barco que llegaría a Cartagena. Preguntó que quienes de las familias cartageneras viajaban en ese barco y le comentaron que venía un joven soltero llamado Vicentico Martínez Martelo. El joven Vicentico, había terminado de hacer sus estudios en los Estados Unidos y estaba de regreso.
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| Vicentico Martínez Martelo y Laurina Emiliani Vélez |
Las fotos y la anécdota son de la Prince Martinez Emiliani de Barrios, la hija menor, y única hija, entre nueve hermanos.
Que lindo relato! Solo un comentario para de irte que mi papa Vicente Martinez Martelo llego en barco desde Canadá donde había cursado sus estudios superiores. La Prince.
ResponderEliminarPrince: No sabia. Canada en que parte?
ResponderEliminarQue buen relato Vicky!
ResponderEliminarEstoy Fascinada con las Historias de tan Nobles Familias cartageneras! Que labor tan juiciosa. Espero que en el futuro cercano, el Libro se edite y lo pueda tener en mis manos. La felicito de Corazón a Corazón!
ResponderEliminarJulita Fernanda Bolaños Díaz.
Julia Fernanda, mil gracia por esas palabras tan amables. Emociona cuando se aprecia lo que se hace con todo el corazón.
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