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Recordando a nuestras Valientes Familias y Héroes 5 diciembre 1815-2015

Interior de la Plaza de los Coches, óleo de Jeneroso Jaspe.

Carta correo dirigida a los Miembros de la Academia de Historia de Cartagena:

Para conmemorar los 200 años del Sitio a Cartagena, en Facebook, estoy
contando la historia del Día a Día, en lo que cabe, solamente desde la
perspectiva nuestra.  Por ello he recurrido a fuentes como  Manuel
Ezequiel Corrales, José P. Urueta, Gabriel Jiménez Molinares, Lino de Pombo, Joaquín
Posada Gutiérrez, Eduardo Lemaitre, El Doctor Arcos, Rodolfo Segovia,
etc., para poner en contexto a los cartageneros sobre lo sucedido a
nuestras familias.
Esto con el deseo de despertar en nosotros el interés en lo que nos
sucedió, y que las generaciones actuales desconocen.  Estoy utilizando
Facebook, como red social, debido al alcance tan grande que tiene
dentro del núcleo de la gente joven.
Me encantaría conocer sus comentarios, y si pueden, a vuelta de
correo,  aportar con información relevante a nuestras familias, con
anécdotas conocidas sobre sus familiares, o primos, o parientes, en
fin, algo que nos ilustre, lo que vivió el pueblo en el Centro, Getsemaní, y San
Diego y sus alrededores, con nombres propios.  Se trata de sacar
del anonimato a nuestros parientes, y elevarlos al sitio que se
merecen.





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Sitio a Cartagena - Día Uno - Agosto 22, 1815
En ese día, hace doscientos años, estos héroes patriotas ya estaban recogiendo fondos para enfrentarse a lo que se les venía. Y son: además de Juan Elías López Tagle, el señor Francisco Núñez García del Fierro, Regidor Decano, papá de Rafael Núñez. Fernando Pernett, que fue Escribano del Rey, ya convertido en patriota. Con descendencia en Cartagena y las provincias. El señor Miguel del Portillo, antepasado de nuestro importante escritor Raúl Porto del Portillo,  a cargo de la Contaduría de la República de Cartagena, recibiendo el aporte de don Juan Elías.
"El ciudadano doctor Juan Elías López, ha enterado cincuenta pesos en calidad de empréstito por el de quince mil distribuidos en esta capital y su partida juramos. Cartagena, agosto 22 de 1815.
Son 50 pesos."
Este documento, nos abre una ventanita del día de hoy, hace 200 años. ¡Maravilla!  Tenían que recoger 15 mil pesos. Entre tres barrios, Getsemaní, San Diego y Centro. Y ahí entran para el fondo común, las vajillas de platas, las joyas de todo el mundo, cualquier cadenita de la virgen, cualquier candonguita o grandes joyas, las monedas de oro, de todas nuestras familias, las alhajas religiosas, incluyendo el féretro de plata de la iglesia de San Agustín hoy Universidad de Cartagena. Todo el mundo se despojó de lo que tenía.
Atravesando el cerco español, como pudieron, ¡Cosa seria! Salieron en una goleta corsaria, para Jamaica, unos emisarios para comprar víveres y armas. Estos corsarios, eran de temer. Recuerden que tenían patente de corso. En otras palabras, piratas. Menos mal, en ese momento, estaban de nuestro lado. Y consiguen su objetivo.  Contratan 13 embarcaciones llenas de víveres, medicinas y pertrechos.  Llegan tres días tarde. 




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Sitio a Cartagena - Día Tres - Agosto 24, 1815
Hoy es el día 24 de agosto de 1815 de hace 200 años. Siete días antes, el Gobierno de Cartagena de Indias, había ordenado la quema de 200 casas en Turbaco.
¡Para que entendamos! Por ley, toda casa fuera de las murallas, DEBIA SER CONSTRUIDA con techos de palma. ¿Para? Con cada ataque, se quemaban dichas casas, para quitarle la sombrita a los europeos. Acuérdense del sol canicular. Gran enemigo de los no nacidos en estas tierras.
Pues los patriotas y valientes turbaqueros, se negaron. Pero el Alcalde insistió hasta quemar la totalidad de las casas. Los habitantes de Turbaco, dignos descendientes de sus bravíos indígenas, héroes, se fueron para el monte. Con sus familias y animales.
El Alcalde Pedro Antonio García Sandoval, fue apresado casi inmediatamente en Torrecillas. Fusilado en la plaza de la Merced, frente al Teatro Heredia, en enero de 1816. Su descendencia se encuentra con la familia Revollo en Barranquilla. El insigne escritor y genealogista Padre Pedro María Revollo es su bisnieto.
Así lucía Turbaco hace 200 años. Foto de Jaro Pitro




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Hoy 25 de agosto, de 1815, cuarto día del Sitio a Cartagena
Hoy 25 de agosto, es un día malo. Desde el Sinú, venían dos bongos y una lancha "grande de cubierta" llena de víveres y municiones y "tres quintales de plata en polvo". Al amanecer del día de hoy, ya habíamos podido entrar al Caño del Estero, y estábamos pasando por la incendiada Pasacaballos, sin ser vistos todavía, Nos quedaba poco ya para entrar a la Bahía. Y una vez ahí, Bocachica, que nos estaba vigilando y esperando, para defendernos, vio cómo nos tendieron una emboscada. Fue sorpresa total! Nos cuenta Rodolfo Segovia en sus 105 días.
El único nombre que he podido recoger es del Teniente de Fragata, en ese entonces, José Prudencio Padilla. ¡Sí. El famoso Almirante Padilla!  Quien estaba al mando de esta pequeña flotilla. Se defendieron los cartageneros valientemente, pusieron resistencia disparando sus fusiles, pero los españoles los abordaron. ¡Como cualquier piratas!   Al vernos perdidos, nos tirarnos al agua, muchos se ahogaron, otros se pusieron a salvo a nado. Padilla los recogió y se los llevó hasta Bocachica. Pero no nos cogieron un solo prisionero. Preferimos morir ahogados. ¡Qué tal!
Y esa historia, me conmueve a mí personalmente. Tres de nuestros Martínez, papá y dos hijos uno de 10 y otro de 12, ya siendo soldaditos, "prefieren morir ahogados en Mompox en 1812" antes de dejarse atrapar por los españoles.
Cuando hablo de cartageneros, estoy incluyendo a todos los que aun cuando no habían nacido aquí, se sentían tan cartageneros, que la defendieron a capa y espada. Y eso va para hoy día también. ¡Aquí tenemos cabida para todos los cartageneros de corazón!



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Hoy 26 de agosto, de 1815, quinto día del Sitio a Cartagena
¿Y cómo vamos a alimentarnos?
A todas estas, necesitábamos a los animales vivos: vacas, toros, caballos, burros, mulas, chivos, cerdos, gallinas, patos, pavos. ¿Qué tanto? no sabemos. ¿Y adónde se les lleva? ¡Tienen que pastar! El ganado, por testimonios, es conocido de que lo había hasta en la Isla de Manga. Imaginemos, parte de Getsemaní, despoblada, y parte de San Diego hasta las Bóvedas. Allí es muy probable que llevaran los animales.
El Centro, San Diego y Getsemaní, son los tres barrios que quedan dentro de las murallas. Somos 18 mil habitantes. Las aldeas y caseríos de la Boquilla, El Espinal, Tesca, Pie de la Popa, La Quinta, Caimán, Ternera, El Bosque, Pasacaballos, toda esta gente, o sea nuestras familias y parientes, estos héroes, prefieren refugiarse en Cartagena, a entregar su libertad al español. Todas las casas y rozas, de los caseríos vecinos, reducidas a cenizas y carbón para no brindarles refugio ni comida.
¿Dónde van vivir estos héroes? Pues con familiares y amigos. Todas las casas abrieron sus puertas. Los aljibes llenos de agua, ¡diluviaba! Los pozos artesianos, preparados, menos mal, que en casi todas las casas había uno. Agreguémosle a todo esto, los habitantes de pueblos cercanos, hombres, mujeres, los niños y los ancianos, como Santa Catalina, Santa Rosa, quienes se les ofrece alojamiento en el Castillo de San Felipe, y partes de las murallas y baluartes. Llegan a Cartagena sin comida. No tienen tiempo sino para recoger lo que tienen. Las familias vienen caminando, o en bestias. ¡Imagínense! Así lucía Getsemaní entre la avenida del Arsenal y la Media Luna.

Continuará mañana





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Hoy 27 de agosto, de 1815, hace 200 años y sexto día del Sitio a Cartagena

¡Ajá!  ¿Y cómo eso del Cerco?
Mapa tomado de 105 días de Rodolfo Segovia
Desde la Popa, divisábamos todo los movimientos de los españoles.  En la Ciénaga de Tesca, estaba el valiente Capitán de Navío, Rafael Tono, con cuatro bongos y poderosa artillería.  Recibía señales desde la Popa, y atacaba los barcos anclados en Punta Canoa frente a la Boquilla, haciéndoles la vida imposible a los españoles que tenían que descargar sus provisiones para llevarlas a Turbaco.  Los españoles  bordeaban la parte de atrás de la Ciénaga de Tesca o de la Virgen, por unos caminos sumamente pantanosos.  El astuto Rafael Tono  se aprovechaba de esta lentitud al andar, y los tenía locos y desesperados.  No paraba de atacarlos. 

Teníamos el Castillo de San Felipe que defendía el Pie de la Popa, Manga, el Bosque, Bazurto, Manzanillo.  Y a los españoles los manteníamos alejados.  Entonces se estacionan solamente hasta Mamonal, Cospique y Pasacaballos lejos del tiro de cañón.

Bocachica y Tierrabomba.  Desde la batería de Santa Bárbara, en Caño de Loro, disparábamos constantemente a la orilla de Pasacaballos, Mamonal, Cospique.  La bahía era nuestra.  Y la defendíamos a capa y espada.  De ahí salían los pescados que los atrevidos y temerarios Bochiqueros traían en sus botes de vela a Cartagena para alimentar a la población.  ¡Pagaron horriblemente! Fue un precio muy alto.  Eliminaron a toda la población.  Tan pronto entro Morillo.
Pero ¡Ahhh!  Hoy 27, de nuevo, entre los mangles, a orillas del golfete de  Barú, bordeando nos metimos de nuevo por el Caño del Estero que es pandito y solo pueden navegar o canoas o bongos.  Once canoas con víveres, nos colamos, llegamos a la bahía y con la defensa de Bocachica y el bravo Padilla, bombardearon sin tregua a Pasacaballos, para alejar a los españoles de la orilla de la bahía.  Tanto fue que los hicimos retirar hacia Turbana.
Continuará mañana




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Hoy 28 de agosto, de 1815, séptimo día del Sitio a Cartagena
¡Y ahora qué!

Las puertas de Santo Domingo, la de Santa Catalina  en el lago del Cabrero, la de la Boca del Puente con su puente levadizo, y por último, la del Baluarte de la Media Luna con puerta y puente levadizo.  Todo, herméticamente cerrado.

Los cartageneros, tienen tres cosas importantes que hacer.  Una, conseguir alimentos; dos, curar a sus enfermos y tres enterrar a sus muertos. 

Los alimentos se comparten, se racionan, la unión los hace fuertes. Los niños resisten hasta que pierden sus fuerzas y fallecen en grandes cantidades. En ningún momento las madres desfallecen, viendo con dolor inmenso cómo van pereciendo uno a uno sus hijos.  En ningún momento, piden la rendición. Un señor Pombo, que todavía no tengo el nombre, tenía víveres para resistir durante seis meses.  ¿Qué hizo?  Repartió y compartió con todo aquel que no tuviera con qué.  Y por supuesto, al poco tiempo se quedó sin nada para él y su familia. Eso se llama UNION.

Entonces esto se convirtió en el juego del gato y el ratón.  Acuérdense que Bocachica todavía es nuestro, en Bocachica están los Castillos de San Fernando y San José, el Ángel San Rafael y varias baterías en Tierrabomba. El  ratón, son los astutos y bravos héroes de las naves y embarcaciones, que se le cuelan al gran ejército español,  a la bahía o entrando desde mar abierto y encallando como fuera en la playa de Santo Domingo, haciendo toda clase de maniobras, para traer comida.  

Los otros grandes héroes fueron los de Tierrabomba que nos abastecían con lo que cultivaban en sus rozas y los pescadores que salían bravíamente en la noche en sus canoas, a pescar, para abastecer la plaza.

Oleo de Jeneroso Jaspe. Puerta a Tierra de la Media Luna.  Hoy Puente Heredia desde la Media Luna hasta el Pie del Cerro. Continuará mañana.





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Hoy 29 de agosto, de 1815, octavo día del Sitio a Cartagena
Nuestros familiares.
Este aporte de Raquel Ochoa, nos ilustra con algunos nombres de nuestros antepasados.  Quiero que nos sintamos identificados con todos estos héroes, porque en mi estudio de las 200 familias cartageneras que estoy haciendo, la inmensa mayoría se puede rastrear hasta estos personajes.

Era Gobernador militar de la plaza el General Manuel del Castillo y Rada;  José Prudencio Padilla, se destina al comando del Pailebot "Ejecutivo" en la Bahía y a cubrir el Caño del Estero con tres embarcaciones.  Ya lo habíamos mencionado, ¿se acuerdan?  Los Piñeres, grandes héroes,  desterrados a Jamaica, regresan para ayudar en la defensa.

En el Cerro de La Popa se sitúa el General José F. Bermúdez (venezolano). Al asumir la Comandancia General lo remplaza el Teniente General Carlos Soublette. El Castillo de San Felipe de Barajas queda bajo el mando del General Florencio Palacios,(primo de  Simón Bolívar),  y del Coronel Luis F. Rieux con 500 hombres.

Como Comandante General de Marina estaba Juan Nepomuceno Eslava defendiendo la Cortina del Arsenal, de la Media Luna más El Reducto.  (Recuerden que en la calle del Arsenal, había una muralla que iba desde el Centro de Convenciones, hasta el baluarte donde está hoy día un café. )

El Tte. Coronel (francés) Luis Aury, de Segundo Jefe al frente de su escuadra de corsarios. Compuesta con trece  pequeños buques en total, la única corbeta en la bahía "Dardo" y las goletas de guerra "Constitución, Estrella (comandada por Nicolás Valest, momposino),  General Bermúdez, “Republicana";  los pailebotes Ejecutivo y Fogoso, algunos bongos todas a órdenes del Brigadier Eslava. (Nota interesante) este era hijo del General Sebastian de Eslava 1714-1789 quien como Virrey del Nuevo Reino de Granada, defiende heroicamente la Plaza de Cartagena de Indias en 1741,  junto al General Don Blas de Lezo, del ataque de la más poderosa escuadra inglesa que ha surcado los mares comandada por el Almirante Edward Vernon.

Sigo, el General en Jefe del Ejército Manuel de Anguiano en la Boca del Puente hasta el Baluarte San Pedro Mártir. (India Catalina de hoy día); Comandante militar de la  Plaza Mariano Montilla1782-1851 (Prócer venezolano); como Jefes de Batallón: Vicente García Real, Antonio Navarro, Pedro Güillín, (momposino y su suegro), Juan Rodriguez, Pedro Romero (héroe de la jornada novembrinas) defendiendo la puerta de tierra de La Media Luna. Domingo Diaz Granados, Manuel Cortes Campomanes, Ambrosio de la Plaza. El Alférez Vicente Parrado en Pasacaballos ( la incendiada Pasacaballos)  recibe el mando del Capitán Matías Padrón y se une al Capitán de Navío  José P. Padilla.

El  Tte. General Juan de Narváez y Francisco de P. Vélez en el Baluarte Santo Domingo;  al Baluarte de Santa Catalina,  el Capitán de Artillería José Ma. Ortegas;  a la Tenaza, el Sargento Manuel Marcelo Muñoz; a la Batería de Santa. Clara, (frente al Convento), el Teniente de Artillería, Eugenio Layera. 

Otros como  Pedro Velazco, José Vela, Pedro León Torre (venezolano), José de Sata y Bussy (peruano) en la Batería de San José de Bocachica y del Ángel San Rafael, con unos 100 hombres. Otros que no se precisó dónde se encuentran, pero toman parte en la defensa son: el Coronel francés Ducondray Holstein, y Sebastian Diaz.

Los ingenieros Tte. Coronel Antonio José de Sucre, Lino de Pombo, Santiago Stuart, Francisco Piñango en la Batería de La Popa. En el Cerro de la Popa.

El Capitán de Fragata Francisco Sanarrusia Pretelt y Narciso de Francisco Martin mueren buscando víveres, el Capitán Sanarrusia, cuando se vio descubierto por los realistas, no le queda otro recurso que darse muerte de un pistoletazo y por órdenes del General Morillo le fue cortada la cabeza y conducida al Cuartel General de Torrecilla y enterrada en su caballeriza para injuriar la memoria del valiente marino.

En la foto esta es la Cartagena de entonces. Sin las edificaciones.  El Centro, San Diego, Getsemaní, El Espinal, Torices, Manga, Pie del Cerro, Pie de la Popa, la Quinta, Ternera, Caimán, etc.  Y atrás las colinas de Turbaco.

Continuará.







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Hoy 31 de agosto, de 1815, Décimo día del Sitio a Cartagena.
Como no tengo nada de información que haya sucedido en Cartagena ayer y hoy 31 de agosto de 1815, aprovecho para contar esta hermosa historia.
Por tradición oral y gracias a Nora Covo de Daza quien compartió esta hermosa ilustración es que conocemos la historia de Nicolasa García de Torres y la imagen de Nuestra Señora del Tránsito durante el Sitio a Cartagena.
¿Quién es Nicolasa García de Torres? Pues casada con Tomás de Andrés Torres. Ajá ¿y quién es él? Abogado y entre otros cargos en 1810 formó parte de la Junta de Gobierno, junto con el Gobernador Francisco Montes, español y francófilo, y Antonio de Narváez. Aquí dejamos esta historia que después se las cuento.
La Señora Nicolasa de de-Andrés-Torres, poseía tal vez heredada de sus familiares, una imagen de Nuestra Señora del Tránsito, a la que rendía especial culto. La imagen permanecía en su casa en un lugar al cual se le llamaba “Oratorio”. Allí se reunía la familia Torres para celebrar la fiesta el 15 de Agosto y verificaban la novena preparatoria. (Los de-Andrés-Torres y García vivían en la casa de la Calle de Santo Domingo Chiquita, donde está la placa que dice que ahí nació Fernández de Madrid).
No se tiene exacto conocimiento de la fecha ni del motivo que tuvo la Marquesa de Valdehoyos para hacerle a su amiga Doña Nicolasa, el obsequio de una artística y valiosa corona de oro macizo adornada con una profusión de esmeraldas para la imagen de Nuestra Señora del Tránsito. La Corona fue traída de España fechada 1785 y firmada por el afamado orfebre Juan José Pugeo. La Corona está hecha en mina de oro repujado y adornada con 227 esmeraldas con un peso de 1.247gms.
Al ausentarse definitivamente de Cartagena, la Marquesa de Valdehoyos, quien lógicamente era realista, se la llevó consigo (la corona) a la Habana; pero pasado el ciclón independentista, en el que sin duda habría perecido (la corona), la hizo poner de nuevo en manos de Doña Nicolasa García de-Andrés-Torres,  su amiga personal, y esta dama cartagenera conservó tranquilamente la joya en su armario, hasta que murió.
La Familia de-Andrés-Torres y García, vivieron el Sitio a Cartagena. Su hija mayor tenía 14 años, y la menor 2 añitos. No tengo información de que hayan fallecido durante el Sitio ninguno de esta familia. Tampoco que hayan emigrado.
Continuará.
Esta foto pertenece a Nuestra Señora del Tránsito en Córdoba, España.



Fotos de la corona en donde en el orbe, se encontraba una cruz de oro y esmeralda, obsequiada a Monseñor Eugenio Biffi, en la foto arriba, por la priosta del momento, a su llegada a Cartagena, en 1882 como obispo.




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Hoy 2 de septiembre, de 1815,  día del Sitio a Cartagena.
Hoy tampoco tengo información sobre lo que nos estaba sucediendo este mismo día hace 200 años.  Entonces sigo.  Como les venía contando, la Señora Nicolasa García de de-Andrés-Torres, era la poseedora de la bella imagen de Nuestra Señora del Tránsito que actualmente se venera en la Iglesia de Santo Domingo.

A 35 años de aquella dura prueba del Sitio a Cartagena la citada señora después de llenar todos los trámites y requisitos concernientes, hizo construir un altar especialmente para la virgen y luego fundó la Hermandad el 15 de agosto de 1850.

Esta hermandad o “Socias” según la tradición, no pueden exceder de 55 en honor de las cuentas del rosario y las vacantes por muerte o ausencia de alguno de sus miembros, será reemplazada por una hija, nieta o persona muy allegada. La cofradía o Hermandad de Nuestra Señora del Tránsito, tiene autorización competente para ejercitarse en obras de piedad.

La virgen permanecía en su casa y el culto se le rendía en una habitación grande llamada “Oratorio”. Allí se reunía la familia para celebrar su fiesta cada 15 de Agosto.

Una vez establecida en Cartagena en 1883 la orden de los Padres Eudistas, la imagen de la virgen fue llevada a la Iglesia de Santo Domingo. Fue acordado que la virgen luciría la corona el día de la fiesta y era sacada en procesión por los alrededores del templo. Una vez terminada su fiesta la corona volvía al poder de Doña Nicolasa.

A la muerte de ella quedó su hija Teresa Torres de Lemaitre encargada de guardarla y seguir lo acostumbrado. Al fallecer Teresa, la corona pasó a manos de su hija Doña Nicolasa Lemaitre de Lecompte. Pero al irse esta vivir al barrio de Manga  creyó que su casa no ofrecía la seguridad requerida para guardar este tesoro y la puso bajo custodia del Rvdo. Padre Superior del Seminario de Santo Domingo a principios del siglo XX.  (Mírenme por donde vamos ya)  Hacia los años de 1930, el superior del Convento de Santo Domingo, se la entrega a la Arquidiócesis de Cartagena, por seguridad, quienes la colocan en una bóveda del Banco de Bogotá.

Así hasta principios de éste siglo XXI, cuando una señora se la dio en custodia al rector del Seminario Mayor y éste hace unos treinta años se la pasó a su vez a la Arquidiócesis de Cartagena, que la ha conservado hasta nuestros días También sin muchas seguridades, pues solo hace unos pocos años fue colocada en una bóveda en el Banco De Bogotá. Hoy día, reposa en la ciudad de Barranquilla.

Muchas veces se ha propuesto, como es de suponer, la venta de la alhaja para dedicar su producto a obras sociales. Por fortuna las cofrades, hasta el día de hoy, se resistieron siempre a este argumento.
Continuará
                                                                                   

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Hoy 3 de septiembre, de 1815, decimotercer día del Sitio a Cartagena.
Encontrando a nuestros héroes anónimos.  Miren esta belleza.

Del matrimonio de don Juan B. Sebá y doña María Rojas de Sebá nació en Málaga (España), en 1796, Don JUAN SEBA ROJAS.

El señor Sebá Rojas llegó a estas tierras en tiempos de la independencia patria, en la última expedición española, y cayó prisionero en poder de don Manuel A. González, patriota que ejercía la jefatura de la Maestranza de nuestra Armada en el puerto de Cartagena de Indias.

A pesar de aquella enojosa circunstancia, González y Sebá trabaron sincera amistad, la cual culminó, una vez pacificado el país, con el matrimonio de Sebá Rojas y doña NORBERTA GONZALEZ BRACHO, hija legítima de don Manuel A. González y doña Patricia Bracho.

El matrimonio SEBA GONZALEZ vivió en la Calle Larga, en Cartagena. Su casa era la tercera viniendo por el Mercado Público (hoy Centro de Convenciones), frente al altar mayor de la Orden Tercera. La casa que sigue, donde estuvo la Farmacia Díaz, era también del señor Sebá Rojas, quien entre otras cosas fue masón, grado 18.

Don Juan Sebá Rojas tuvo otra hija antes de matrimonio llamada Bernabela, nacida en Portobelo y muerta en El Carmen de Bolívar en 1883. Bernabela contrajo matrimonio con Don José María González Bracho, hijo también del matrimonio González Bracho. De esa rama nacieron los González Sebá: José María, Manuel, Félix, Juan, Miguel, Narcisa, Avelina y Rosa Luisa.

Cuando se llevó a cabo el matrimonio de Don Juan Sebá Rojas y Doña Norberta González Bracho, ya él tenía un buque de vela y había establecido negocios de cabotaje. Fabricaba aguardiente en el patio de atrás de su casa habitación y traía de regreso de sus viajes caucho, cueros, dividivi, tagua mora, canime, bálsamo, etc. En uno de esos viajes contrajo una fiebre maligna que lo llevó al sepulcro el 22 de agosto de 1857. La partida de defunción reposa en el archivo parroquial de la Santísima Trinidad, en Cartagena, según se dijo antes. Doña Noberta murió en Sincelejo el 11 de diciembre de 1888, a la edad de 84 años.

Notas: Patrón un árbol tricentenario por Hernando Sebá López enviado por Mauricio Navarro Patrón 8.25.2014


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Hoy 5 de septiembre, de 1815, decimoquinto día del Sitio a Cartagena.
Ya vamos para dos semanas del Cerco. Y como sé que están esperando saber, si nos llegaba comida o no, aquí les tengo algo bueno.
Pues los astutos cartageneros, que fueron a negociar en Jamaica la compra de víveres, conociendo lo difícil de la situación, para entrar o salir de Cartagena, compraban inclusive el barco. A sabiendas de que lo iban a perder. Como efectivamente sucedía.
Sitúense ustedes en el Baluarte de Santo Domingo hasta las Bóvedas. Estamos frente al mar abierto ¿Cierto? Pues en la Boquilla estaban anclados hasta 45 barcos españoles. No muy lejos ah! Estos perseguían toda vela que se acercara a Cartagena.
En la Popa se había construido una batería con foso y puente levadizo, nos cuenta Lino de Pombo. Recuerden, se subía por los “caminos tramposos”. Esos caminos solamente eran conocidos por nosotros. Y desde allá arriba, el vigía estaba atento a lo que sucedía a todo el rededor de Cartagena. Y siempre atento, enviaba señales a donde fuese necesario. Señales con banderas. 

Las canoas y las balandras se le seguían colando a los españoles. Y nos cuenta de nuevo Lino de Pombo lo siguiente: “la aparición entre la bruma matutina de algún buquecito con víveres, que habiéndole amanecido cerca de la ciudad, hacía esfuerzos heroicos a remo y vela, siempre felices, para guarecerse bajo sus murallas eludiendo la persecución enemiga”. 

No solo entraban a la bahía sino que también salían burlando el bloqueo de los españoles. Estos corsarios, hombres de mar, tenían unos barcos más veloces, mejor carenados y más ágiles. 

A todas estas la Popa divisa una vela que se va acercando a las playas de Santo Domingo, zigzagueando, sacan los remos, los marineros le dan rápido, rápido, rápido, comienzan a bombardearlos, ellos ya cerquita a las murallas. Y sale el Baluarte de Santo Domingo el más poderoso de todos, alista sus cañones, bombardean a las naves enemigas, que se tienen que replegar. Le tenían miedo a ese gran defensor de Cartagena que se llama el Baluarte de Santo Domingo. Pero como buenos “gatos”, se quedan al acecho.

Los cartageneros, que vienen con ese impulso, lo único que pueden hacer es meterse en las bravas olas y encallar el barco. Luego se bajan todos, abren las puertas de Santo Domingo, y sale todo el mundo para ayudarlos a descargar todos los víveres que llegaban de Jamaica. 

De los 105 días de Rodolfo Segovia estoy exprimiendo lo que nos “toca” a nosotros.
Continuará.

Para que nos ubiquemos se ve la Popa desde donde se les mandan las señales. Yo acá en mi imaginación, a lo Tulita Martínez:  “a la derecha, no a la izquierda, que tienes un barco atrás”, etc. Pero bueno, se ve en la punta el Baluarte de Santo Domingo, al fondo Punta Canoa donde estaban fondeados barcos españoles. ¡
Miren lo cerca!





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Hoy 7 de septiembre, de 1815, decimoséptimo día del Sitio a Cartagena .
Como les venía contando, hace siete días o sea el viernes primero de septiembre de 1815, se alcanzaron a divisar dos goletas que venían por el suroeste. Una, se devolvió, pero la otra le hizo frente a los barcos españoles, izó la bandera cartagenera, y se enfiló hacia Bocachica. Como tenía una poderosa artillería, los tres barcos españoles no pudieron cerrarle el paso.
A la semana, específicamente hoy 7 de Septiembre, las autoridades hicieron un inventario, y no quedaba un grano de maíz. Solamente había 500 reses, sin contar con los pocos burros, caballos, mulas y perros, ya quedaba comida solo para 40 días. Nos cuenta Rodolfo Segovia en sus 105 Días.
Pero la gente no hablaba de rendirse jamás. Morillo decide bombardear, destruyendo casas y matando a mujeres y niños. Los más afortunados se resguardasen en las Bóvedas.
Ahora escribiendo esto, a mí se me ensancha el corazón de ver la valentía de estas familias cartageneras.
Y quería traer a colación algo que sucedió unas semanas atrás. En el Seminario 200 años del Sitio de Morillo a Cartagena de Indias, en el Teatro Heredia, Rodolfo Segovia después de su intervención, habían invitado a un tal Daniel Gutiérrez Ardila, Universidad Externado de Colombia quien haría los Comentarios. Y abre este señor Gutiérrez diciendo lo siguiente: "Ya todos 'harto' conocemos el cuento de que los cartageneros comieron ratas y gatos"...y sigue con sus Comentarios.

¡Qué desaire!  A mí me hirvió la sangre.

Uno, porque persiste el minimizar, el menosprecio, el descrédito, la subestimación, que historiadores de "alto calibre" le continúan dando al sacrificio de nuestras familias con quienes se cometió un genocidio.
Y dos, porque nosotros seguimos siendo "águilas caudales" o águilas reales, que aunque no son originarias de Cartagena, el Tuerto López nos lo "achantó".
Yo quiero cambiar ese discurso. Yo quiero dar a conocer la mayor cantidad de nombres e historias de nuestros tatarabuelos. Yo quiero que sepamos lo que vivimos. Yo quiero que la descendencia de esos 6 mil que quedaron vivos no sientan que su sacrificio lo hicieron en vano. Yo quiero que esas madres y esos padres que quedaron vivos, se sientan orgullosos de nosotros sus descendientes.




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Hoy 16 de septiembre de 1815, 25 días de estar totalmente cercados.
Les voy a echar el cuento del Gobernador Francisco Montes.  Español para más decir.  Debido a que nuestro Rey Fernando VII, desde 1808 estaba depuesto y encarcelado por Napoleón, la Península diseña un organismo de gobierno llamado Consejo de Regencia para gobernarse.  Ya en  1810 el ejército napoleónico está en territorio español, a excepción de Cádiz.  Por ese motivo se organizan acá en Las Indias, las Juntas Supremas de Gobierno, gobierno autónomo.  El de Cartagena se instala el 22 de Mayo de 1810, y quedan: El Gobernador Francisco Montes, Antonio de Narváez y Tomás de Andrés Torres.

Ya sabemos que España está en manos de los franceses, y se rumoraba que el Gobernador español era francófilo. Es Cartagena la Llave de las Indias, ciudad más importante de todo el Reino. Los cartageneros se preparan para una posible invasión napoleónica.  Además había otro pero; este gobernador se creía superior a don Antonio de Narváez y a don Tomás de Andrés Torres, y no los hacía partícipe del gobierno.

Tres semanas después jartos con la intransigencia los cabildantes deciden derrocar al Gobernador y expulsarlo de inmediato por barco a la Habana.  Este gesto valiente y corajudo de los cartageneros, de atreverse a deponer a un gobernador español y expulsarlo es mucho más importante que el grito a la Independencia.  Nosotros actuamos y fuimos consecuentes.  Si chequeamos el Acta de Independencia de Colombia, ahí se habla es de la instalación de la Junta Suprema de Santa Fe de Bogotá.  Ya Cartagena lo había hecho en Mayo, dos meses atrás.

Y como consecuentes que fuimos el 11 de noviembre de 1811, nos atrevemos a hacer algo mucho más osado.  Cartagena de Indias, firma el Acta de Independencia Absoluta del Rey de España.


Es por eso que para 1815 llegan las tropas españolas sitian a Cartagena, hasta acabarla por el hambre.  Públicamente con los 6 mil de los 18 mil habitantes que sobreviven, los obligan a ver el espectáculo donde fusilan a sus nueve líderes.  En Bogotá, fusilan, ahorcan y decapitan a otro cartagenero, Manuel Rodríguez Torices; su cabeza la colocan en una jaula de hierro para escarnio público.  Con eso envían un mensaje a todo el Continente:  “O se rinden o los acabamos.  Vean lo que hicimos con Cartagena”.

De ahí en adelante, a Morillo y sus tropas, lo recibían en todas las poblaciones con calles llenas de pétalos de flores inclusive en Santa Fe de Bogotá.

Y traigo a colación el Himno a Cartagena de Daniel Lemaitre Tono y Adolfo Mejía:
“Suenan trompas en honor de la noble e ínclita Ciudad
Que por patria se inmoló
Con sus gestas gloriosas de Libertad
"Coro"
Libertad, Libertad
La Fe con ardor gritó
Y en un Once de Noviembre fue la Heroica Cartagena
Quien del yugo las cadenas cual leona fiera destrozó.”





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Hoy 22 de septiembre, de 1815,  Ya cumplimos el mes del Sitio a Cartagena.
Y como seguíamos consiguiendo con qué alimentarnos, desde el 20 de septiembre se les anunció a todos los habitantes de los pueblos vecinos que al que cogieran llevando víveres para Cartagena, seria ahorcado inmediatamente.  Y si los encontraban caminando o navegando sin permiso, el castigo sería de 50 azotes o a las galeras.

Sin embargo, los cartageneros hacía tres días, el 17 de septiembre, habían podido colar a cinco de estas canoas llenas de víveres, entre las brumas, al amanecer, bordeando por la Isla de Barú, mar abierto.  Cuando los españoles, se despertaron ya no pudieron hacer nada.  Las canoas entraron por Bocachica, que como feroz perro, nos estaban defendiendo.



Canoas similares a las utilizadas en 1815 para abastecernos.  Esta foto tomada por Juan Trucco Mogollón aproximadamente en 1900 desde su finca Buenavista, en Mamonal, nos lleva a ese momento.

Había gente que se escapaba de Cartagena, les decían los “pasados”.  Por supuesto, enseguida eran capturados por los españoles, quienes los interrogaban hasta sacarles toda la información.  ¿Y cuál era?  Pues de que los rumores que ya en septiembre 13, estábamos comiendo caballos y perros,  era cierto.

Por su parte, Martín de Amador y Pantaleón de Germán Ribón estaban por los lados de Montería, recogiendo fondos, plata, joyas y muchísimas reses.  Algunos se “retobaban”.  Pero de todas formas debían entregar lo que tenían. Se acercaban a Cartagena, y por los lados de Chimá, se encuentran con un batallón de españoles.  Al ser atacados y diezmados, huyen Amador y Ribón por entre ciénagas, tratando de salvar el dinero, las joyas y llegar a Cartagena.  Con tan mala fortuna que los dos fueron capturados.  Al poco rato, apresan a José María Portocarrero también.  Todos tres, son llevados a Torrecillas junto con otros muchos oficiales.  En total les quitaron 62.000 pesos una plata que venía de Santa Fe y Antioquia. Estas platas eran para comprar víveres en Jamaica. 

Este mismo batallón es el que intercepta la famosa carta de Manuel del Castillo, el portador era José María Portocarrero, rogando a Santa Fe que les enviaran los auxilios acordados, e indagando por el ataque a la retaguardia de las tropas españolas.  Los cartageneros contaban con este ataque.  Nunca llegó.  Nos dejaron solos. 

Cartagena fue la única ciudad sitiada de todo el Continente, la única que luchó con todo lo que tenía, sus fortunas, sus ciudadanos que fallecieron por hambre.  El pago por nuestra osadía de atrevernos a declarar la independencia absoluta de España.

Quiero que tengan en cuenta estos nombres que acabo de encontrar.  Ellos son sus antepasados.  No lo duden: Francisco de Paula Vélez, José Ignacio Iriarte, José Gabriel Lugo, José Antonio Martínez, Juan Nepomuceno de la Vega, Hilario Ibarra, Rafael Lugo, Manuel Cala, Miguel Borrás, Francisco Piñango, Ignacio Tirado, Mauricio Encinoso, Feliciano Otero





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Hoy 27 de septiembre de 1815. Cinco Semanas de Sitio a Cartagena
Hoy encontré algo muy valioso que sucedió en estos días y vamos a hablar del valeroso Capitán Francisco Sanarrusia Pretelt. Su descendencia la encontramos con su hija Melchora, quien se casa con otro mártir, José Liberato Pretelt, fusilado sin juicio en febrero de 1816. Y de ahí vienen todos los Pretelt. Pero todos todos. Así que quiero que se sientan muy orgullosos de estos dos héroes de la patria, quienes sacrificaron sus vidas y sus fortunas en aras de la libertad. Todavía no he encontrado una foto o un óleo suyo.
El Capitán Sanarrusia, bravo patriota hacía incursiones hacia las riberas del Dique para recoger, comprar víveres y traerlos a la plaza. En una de esas incursiones, ya los españoles lo tenían vigilado. Habían descubierto su juego.
La última salida suya, se había coordinado con el ataque a Barú por parte de Manuel del Castillo y los corsarios. De esa forma pretendían mantener abierta la salida del Canal del Dique hacia la plaza y así contar con los víveres necesarios para alimentar a los cartageneros que estaban guarecidos dentro de los muros.
Un desertor cartagenero o “pasado” en pago por comida, delata los planes que tiene Sanarrusia. Que viene con una balandra, un bongo de guerra y cuatro piraguas, sigilosamente, navegando por el Dique. El Capitán Sanarrusia, iba ofreciendo 100 pesos oro a los habitantes de las riberas del Dique para que recogieran lo que pudieran y al pasar Sanarrusia, le entregaban los víveres. Estos valerosos ribereños, a pesar de la pena de muerte anunciada por Morillo si entregaban alimentos, de esa forma recogieron carne salada, cerdos, gallinas, plátano y maíz. Contento con su carga, el Capitán Sanarrusia seguía bajando por el Dique, hacia la bahía, durante días y días enteros.
A todas estas Sanarrusia estaba sin saber que Morillo lo tenía vigilado y creyendo que el ataque a Barú por el Comandante Manuel del Castillo había sido un éxito tendría cubierta la entrada a la bahía. Porque esa era la idea.
El 26 de septiembre de 1815, navegaba este por el pueblo de Tejadillo nos cuenta Rodolfo Segovia. Unos días más tarde lo ven pasar por Flamenco e Isla Correa. Recuerden, hace 200 años, sin celulares, sin GPS, sin motores. Todo se hacía a remo o a vela. Pero en el Canal del Dique no podías desplegar ni una velita. Te ponías al descubierto.
Pasaron varios días de viaje a remo, y el 3 de octubre, cuando iban a entrar al Estero, los españoles cortaron troncos de árboles, los tiraron al dicho estero, y los cubrieron con tarulla. Esto hizo que las embarcaciones al tropezarse con los troncos llegaran a un alto.
Los enemigos ya tenían todo preparado para el abordaje y el ataque. Se hizo tan rápido que los cartageneros sorprendidos, fallecieron sin poder poner resistencia. El Capitán Sanarrusia, sabiendo lo que le esperaba, se quitó la vida de un pistoletazo.
Su cuerpo fue rescatado de las aguas e inmediatamente decapitado. La cabeza ya tenía precio, puesta dentro de un saco, fue llevada a la hacienda Torrecilla, Cuartel General del “Pacificador”, quien al verla, dándole un puntapié, profirió estas palabras: “Que me quiten de aquí esa carroña, y la entierren en la caballeriza. Así se hizo…” nos cuenta Manuel H. Pretelt Mendoza, su descendiente.
Como se habrán dado cuenta, a principios de octubre habíamos perdido no solamente esas canoas con alimentos sino a 50 hombres entre muertos y prisioneros

En el mapa brazo del Canal del Dique que nos servía de despensa a los cartageneros.
 





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Hoy 2 de octubre de 1815, 41 día de estar totalmente sitiados en Cartagena.
Encontrando héroes anónimos.
Y como no tengo buenas nuevas, que ya son muy pocas, me estoy tropezando con nombres de personas, hombres y mujeres, nuestros familiares, quienes estuvieron durante toda esa fecha en Cartagena.  Esta les va a encantar.

Carlos Segundo Jiménez de la Torre, español, nacido en marzo 31 de 1754, se casó con Ana Petronila Germán Ribón y Segura, hermana del prócer y mártir Pantaleón Germán de Ribón naturales de Mompox. Aparecen en la lista de los emigrados el 5 de diciembre de 1815. Tomado del libro "Los Mártires de Cartagena de 1816, Gabriel Jiménez Molinares,  en el libro Cartagena de Indias Ciudad Heroica 1533-1830 de Francisco de Bustamante. Página 61. Su nombre aparece como Carlos Jiménez y su esposa Petronila German Ribón, momposinos.
Don Carlos Jiménez y Germán Ribón,  estudió latinidad y filosofía en el Colegio Universidad de San Pedro en Mompox. Sirvió al ejército como soldado voluntario,  defendiendo las baterías de Cartagena durante el asedio. Emigró en Diciembre 15, 1815 y regresó  en 1821 con su esposa Ana Blasco.
Su hermana María del Carmen De Germán Ribón y Segura fue la esposa del cubano, nacido en Villa de San Juan de los Remedios, Jurisdicción de La Habana,  Francisco Martínez-Troncoso y Betancourt y madre de Segundo Martínez-Troncoso  y Germán Ribón. La descendencia de los Troncoso viene de aquí.

Foto de Carmen Jiménez, aportada por Rafael V Pinedo.
En la foto María del Carmen Jiménez y Germán Ribón.  Y aquí es donde la historia toma su importancia.  Su madre doña Petronila Germán Ribón de Jiménez es "bien conocida en la trasformación política de su Patria, por su amor ardiente a la causa de la Independencia y de la Libertad;”  y véase bien, “por el encarnizamiento con que se la persiguió; por sus padecimientos en los días del sitio puesto a Cartagena por el General Morillo, hasta la heroica evacuación; por su emigración a Jamaica, en donde permaneció hasta fines de 1825 siempre en la firme resolución de no volver al país mientras no estuviera libre del poder español, como se lo concedió el cielo". 
Al establecerse en Santa Marta como comerciantes tuvieron que, de nuevo, sufrir del ataque realista llevado a cabo a Santa Marta.  Recogieron corriendo sus “motetes”  y salieron para Cartagena para salvarse él y su familia, estableciéndose en esa ciudad.
Por haber emigrado en Diciembre, a doña Petronila, no le tocó la suerte de ver fusilar a su hermano Pantaleón Germán Ribón.  Siendo momposino, dio su vida en Cartagena.




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Hoy 4 de octubre de 1815, 43 días de estar totalmente sitiados en Cartagena.
Bueno como les venía contando las buenas noticias son que Tierrabomba, La Popa, Ciénaga de Tesca y el Castillo San Felipe, todos eran nuestros. Así como los tres barrios de Cartagena San Diego, Getsemaní y el Centro.
Ya estamos en octubre, recuerden que desde hace varias semanas que no entra ningún barco o canoa a la bahía. Ahora sí que la cosa se puso tesa.
Los "pasados", que eran personas que se escapaban de Cartagena, eran apresados por los españoles quienes los interrogaban. Además de que contaban sobre la escasez de alimentos, también hablan de la reciente aparición de la peste.
A todas estas a principios de octubre, la famosa misiva que le enviamos a la altiplanicie, es interceptada. La portaba José María Portocarrero. Y acaban de capturar a Martin Amador y a Pantaleón Germán Ribón, con muchos oficiales y soldados. Estos venían con muchísima plata y alimentos.
Pero Cartagena todavía no lo sabe. Y están esperando la llegada de barcos con víveres desde Jamaica o la ayuda de Santa Fe. La de los barcos llega tarde, por solo unos días. Y la de Santa Fe nunca llegó. Le tuvieron terror a Morillo. No quisieron actuar.
Juan Manuel Grau Berrio
Entonces esta historia es de este miembro de la familia Grau. Juan Manuel Grau y de Berrío nacido en 1799. Figúrense para 1811 tenía 12 años, un niño, y acababa de entrar al ejército patriota. A finales de 1815 con 16 años fue hecho prisionero junto con su hermano menor y su padre, durante 9 meses.
Y el cuento va a que a Joan Grau su padre, (así se escribía) aparece en 1817, ya reconquistada Cartagena, en una lista de nombres que junto con unos españoles y criollos aportan una 'fianza' (qué gesto tan noble) a favor de caballeros de Santa Fe presos en Cartagena por patriotas, gracia esta solicitada al gobernador español de esta ciudad Gabriel Torres. Entonces es cuando le pide a su hijo, el de la foto, como el viejo ya está ciego, que firme la fianza por él, ya que no puede ver.
Pequeñas notas que encuentro sobre nuestros familiares. No es mucho "algo es algo, peor es ná". Si alguien recuerda haber oído algo sobre sus antepasados, me encantaría poder hacerles notas como estas.


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Hoy 20 de octubre de 1815, 53 días de estar totalmente sitiados en Cartagena.

Encontrando héroes anónimos
Mi último artículo fue el 4 de octubre. Y es que no he podido encontrar qué nos estaba sucediendo el día a día. Lo que veo en los 105 días de Rodolfo Segovia, es que siguen cerrando el cerco más y más, y ya no pueden entrar más canoas a la plaza. Los “pasados” continúan saliendo de Cartagena, y a este día 20 de octubre se contaban por docenas. Decían que los dejaban ir porque estaban enfermos y muertos de hambre.
Entonces hoy día en esta misma fecha sucede lo siguiente: “…En Torrecillas fueron fusilados el 20 de octubre de 1815 los patriotas: José Acedo, José María Rodríguez, Pedro Martínez Oramas, José María Sora, Francisco Mendoza, Clemente Carriazo, y Pedro Villapol, hecho prisionero en el combate de Nechí, Antioquia. Era hijo del general venezolano Manuel Villapol…”, nos cuenta Álvaro Angulo Bossa en su Régimen del Terror. Y en este documento original que dice: --- Reos de (ilegible) cogidos con las armas en las manos ---. Enviado por Germán Pino Arboleda.
Este Clemente Carriazo es el antepasado de Marcela Insignares, barranquillera y es ella quien me hace caer en cuenta que tenemos a otro prócer y mártir cartagenero, del cual pudimos sacar del anonimato y encontrarle su descendencia hasta el día de hoy.
Y quería mencionar a otro cartagenero, el señor Juan Bautista Trucco y Lanfranco, natural de Loano, villa cerca a Génova, Italia, nacido aproximadamente en 1774, cuando la ciudad de Génova era República Independiente. Sirvió como Teniente de la Marina de Guerra francesa de 1797 a 1801. Estuvo en la expedición francesa de Egipto al mando del General Napoleón Bonaparte, donde fue hecho prisionero y llevado a Constantinopla, Turquía. Pudo fugarse y regresó a Francia en 1802.
En 1804 llegó a Cartagena de Indias en donde se encontraban establecidos desde hacía como 30 años, sus parientes los Bossio. Se dedica al comercio estableciéndose con un almacén de víveres. Como hombre activo y dinámico, tuvo gran éxito en los negocios. Durante el sitio, fue denunciado calumniosamente por unos enemigos sindicándolo de colaboracionista con los españoles.
Juan Bautista Trucco, no aparece en la lista de emigrados. O sea que se quedó en Cartagena durante la pacificación. Valiente este señor, como buen militar.     Interesante.



Top of Form

Documento con los nombres de varios procesados y fusilados.

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