Cuentecito - Las Fiestas de la Cruz de Mayo Por María Victoria García Azuero
Las
Fiestas de la Cruz de Mayo. Historias bellas de nuestra Cartagena
La inspiración de este artículo se lo debo a la pregunta que me hiciera hace un tiempo Xaime Ibarra Merlano. Él cuenta que cuando chiquito, vivía en la Calle del Sargento Mayor, con su padre don Modesto Ibarra Samudio y doña Cristina Merlano Guerrero de Ibarra, casa contigua a donde vivieron los Irisarri Nuñez, frente a la entrada de la Emisora Fuentes.
Su pregunta se debía a raíz de un comentario que yo hice en facebook sobre una foto tomada a Rosita Cepeda Torres y Conchita Lemaitre Román, dos niñas lindas sentadas en un banco de concreto encima de la muralla donde se divisan los techos de unas casas que estaban situadas por la parte de atrás de la muralla, barrio Pekín, (actual Avenida Santander). La pregunta de Xaime era que en su memoria él se acordaba del nombre del barrio como El Boquetillo.
Por las tardes sacaban a pasear al niño Xaime y a sus hermanos hacia las murallas para coger fresco, pasando por el frente del Colegio de la Presentación donde Xaime estudiaba su kindergarten. Al llegar a la Plaza de la Merced frente al Teatro Heredia o Adolfo Mejía, hoy día, su papá no quería que siguieran caminando por la muralla porque por ahí quedaba el barrio El Boquetillo y era peligroso.
En mis investigaciones encontré en el libro Plazas y Calles de Cartagena, de Raúl Porto del Portillo, una referencia al Barrio del Boquetillo en donde se cuenta que se encontraba una Cruz enorme, como la que estaba a la entrada del Camino Arriba, llegando al Hielo Popa, esta cruz duró más de cien años en ese lugar. Cuentan que cuando a los vecinos del Boquetillo, fueron trasladados a Canapote, también se llevaron su Cruz.
Existía otra Cruz al final de la Calle de La Moneda y comienzos de la Calle de la Cruz en San Diego, sitio de un famoso duelo. Dos enamorados, uno el hijo del Alcalde y el otro el hijo del Jefe Militar de la Plaza, pretendían a una niña la cual le guiñaba el ojo a los dos mozuelos.
Los dos muchachos terminaron en duelo muertos al pie de la Cruz. Esa misma noche la Inquisición decidió retirarla del sitio, y a la mañana siguiente los sandieganos amanecieron sin su Cruz. Y sin sus celebraciones anuales.
Cuenta la leyenda que los vecinos dijeron que había sido obra del Diablo al haber profanado ese signo santo. Corría el año de 1644. En la época colonial existía la costumbre de colocar cruces en diferentes sitios de la ciudad y los vecinos celebraban cada tres de mayo sus fiestas las cuales terminaban para el 5 de mayo, con orquestas, bailes, fandangos. Era la Cruz de Mayo.
En Manga, de acuerdo a Matilde Elena Piñeres, manguera, existió otra Cruz grande, frente a la casa Niza de propiedad de don José María de la Espriella Abadía y María Teresa Jiménez Piñeres, la cual había sido edificada en los predios de una chozita antes de que se construyesen casas de material. La cruz permaneció en su mismo sitio o sea, esquina frente a la casa de los Porras Troconis, (derribada) con Calle Real y calle donde vivía don Daniel Lemaitre Tono, hoy una universidad. Se acuerda Matilde Elena, que caminando por ahí tenían que bajarse de la acera para continuar con su paseo.
Estas cruces la de Manga y la del Pie de la Popa, de acuerdo al libro de don Raúl, están localizadas en el camino a la subida de la Popa. La de Canapote parece que todavía existe, pero ya no se celebra el 3 de mayo el día de la Cruz de Mayo.
La inspiración de este artículo se lo debo a la pregunta que me hiciera hace un tiempo Xaime Ibarra Merlano. Él cuenta que cuando chiquito, vivía en la Calle del Sargento Mayor, con su padre don Modesto Ibarra Samudio y doña Cristina Merlano Guerrero de Ibarra, casa contigua a donde vivieron los Irisarri Nuñez, frente a la entrada de la Emisora Fuentes.
Su pregunta se debía a raíz de un comentario que yo hice en facebook sobre una foto tomada a Rosita Cepeda Torres y Conchita Lemaitre Román, dos niñas lindas sentadas en un banco de concreto encima de la muralla donde se divisan los techos de unas casas que estaban situadas por la parte de atrás de la muralla, barrio Pekín, (actual Avenida Santander). La pregunta de Xaime era que en su memoria él se acordaba del nombre del barrio como El Boquetillo.
Por las tardes sacaban a pasear al niño Xaime y a sus hermanos hacia las murallas para coger fresco, pasando por el frente del Colegio de la Presentación donde Xaime estudiaba su kindergarten. Al llegar a la Plaza de la Merced frente al Teatro Heredia o Adolfo Mejía, hoy día, su papá no quería que siguieran caminando por la muralla porque por ahí quedaba el barrio El Boquetillo y era peligroso.
En mis investigaciones encontré en el libro Plazas y Calles de Cartagena, de Raúl Porto del Portillo, una referencia al Barrio del Boquetillo en donde se cuenta que se encontraba una Cruz enorme, como la que estaba a la entrada del Camino Arriba, llegando al Hielo Popa, esta cruz duró más de cien años en ese lugar. Cuentan que cuando a los vecinos del Boquetillo, fueron trasladados a Canapote, también se llevaron su Cruz.
Existía otra Cruz al final de la Calle de La Moneda y comienzos de la Calle de la Cruz en San Diego, sitio de un famoso duelo. Dos enamorados, uno el hijo del Alcalde y el otro el hijo del Jefe Militar de la Plaza, pretendían a una niña la cual le guiñaba el ojo a los dos mozuelos.
Los dos muchachos terminaron en duelo muertos al pie de la Cruz. Esa misma noche la Inquisición decidió retirarla del sitio, y a la mañana siguiente los sandieganos amanecieron sin su Cruz. Y sin sus celebraciones anuales.
Cuenta la leyenda que los vecinos dijeron que había sido obra del Diablo al haber profanado ese signo santo. Corría el año de 1644. En la época colonial existía la costumbre de colocar cruces en diferentes sitios de la ciudad y los vecinos celebraban cada tres de mayo sus fiestas las cuales terminaban para el 5 de mayo, con orquestas, bailes, fandangos. Era la Cruz de Mayo.
En Manga, de acuerdo a Matilde Elena Piñeres, manguera, existió otra Cruz grande, frente a la casa Niza de propiedad de don José María de la Espriella Abadía y María Teresa Jiménez Piñeres, la cual había sido edificada en los predios de una chozita antes de que se construyesen casas de material. La cruz permaneció en su mismo sitio o sea, esquina frente a la casa de los Porras Troconis, (derribada) con Calle Real y calle donde vivía don Daniel Lemaitre Tono, hoy una universidad. Se acuerda Matilde Elena, que caminando por ahí tenían que bajarse de la acera para continuar con su paseo.
Estas cruces la de Manga y la del Pie de la Popa, de acuerdo al libro de don Raúl, están localizadas en el camino a la subida de la Popa. La de Canapote parece que todavía existe, pero ya no se celebra el 3 de mayo el día de la Cruz de Mayo.
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